miércoles, 6 de marzo de 2013

LA VIRGEN DEL AMOR HERMOSO







HIMNO A LA MADRE DEL AMOR HERMOSO



Viva la Virgen, nuestra Patrona,
la que en Pueblica tiene su altar.
Y reine siempre triunfante Cristo,
en este pueblo noble y leal.
Y reine siempre triunfante Cristo,
en este pueblo noble y leal.


Madre del Amor Hermoso
nuestra abogada, siempre serás;
con tu ayuda, Virgen bendita
renunciaremos al mal.


Viva la Virgen, nuestra Patrona,
la que en Pueblica tiene su altar.
Y reine siempre triunfante Cristo,
en este pueblo noble y leal.
Y reine siempre triunfante Cristo,
en este pueblo noble y leal.


Virgen del Amor Hermoso
Dulce flor de primavera;
tus hijos hoy te pedimos,
bonanza para estas tierras.


Viva la Virgen, nuestra Patrona,
la que en Pueblica tiene su altar.
Y reine siempre triunfante Cristo,
en este pueblo noble y leal.
Y reine siempre triunfante Cristo,
en este pueblo noble y leal.



Arturo Galende Palacios.

Este Himno fue adaptado a nuestra Virgen del Amor Hermoso de la manera más breve posible.

martes, 5 de marzo de 2013

AL ESCUDO DE PUEBLICA



EL ESCUDO DE PUEBLICA







COMO SE DISEÑO EL ESCUDO DE PUEBLICA DE VALVERDE


Desde muy joven siempre fui muy aficionado a la historia.
 En mis viajes por los pueblos y ciudades de la geografía nacional, me llamó mucho la atención, aquellos castillos y casas en que, bien en piedra o bronce, tenían esculpido un escudo, con las armas y linaje de sus antepasados y que directa o indirectamente plasmaba los orígenes de aquellas personas que habían vivido en esas casas  y poblaciones donde se encontraban.
Ya de mayor, intenté averiguar los orígenes de mis apellidos, por los distintos archivos a que tuve acceso, y me hicieron un  cuadro que tengo enmarcado con las armas y linaje de sus antepasados.
A la vez intenté averiguar los orígenes de Pueblica de Valverde, por si había algún escudo que representara al pueblo, siendo el resultado negativo.
Todo esto me llevó a la idea de diseñar uno, puesto que si nadie lo había hecho antes, algo habría que hacer, para que nuestro pueblo fuese más conocido en su entorno.
En el año 1.998, aprovechando que mi primo Alberto Galende Fernández, residente en Argentina, se encontraba de visita en mi casa, y que una de sus facetas es la pintura; le comenté mi idea y se prestó para pintármelo él.
Confeccionamos varios formatos y finalmente me incliné por el actual. Le hice un borrador  de los símbolos y distintivos que quería que figurase en su interior, y ya después en su domicilio lo dibujó y me mandó, ampliándolo yo aquí con la Simbología que figura en el mismo.
Una vez terminado, mi vecino Ángel Llamas Pastrian, también nacido en Pueblica; que tenía ordenador, se prestó a hacerme varias copias del mismo, que distribuí entre algunos amigos y familiares.
Ángel, después, haría alguno más con fondo distinto; uno de los cuales tengo yo en un cuadro en mi domicilio.


                                              LOS SIMBOLOS

En la comarca de Los Valles y Benavente, los vecinos que vivían en Pueblica tenían fama de ser muy trabajadores, de ahí  que figure en el Escudo la siguiente simbología:

                                          
TORRE-VELETA. Son los emblemas que indican la fortaleza y resistencia, que con la defensa del pueblo, si fuese necesario; hará que permanezca por siempre en el tiempo. La veleta es el símbolo que indica la orientación del viento, que es uno de los artífices de la propagación de las semillas y seres vivos, indispensables para la vida de todos.

CAMPANAS. En todas las torres existen. Según sus distintos toques y sonidos, llaman al regocijo espiritual de cada ser; y a la cooperación mutua entre sus habitantes, para ayudarse unos y otros entre sí, y  en la mejora del pueblo.

SOL-CIELO AZUL. Es lo que más irradia el pueblo y sus campos, la mayoría de los días del año.
Son símbolos de la divinidad o regalo que nos envía el Creador, hacedor de todas las cosas.
No olvidemos que el calor del Sol, provoca la humedad y las lluvias; que unido a la claridad del cielo azul, ayudan a la fertilidad, y por ende a la reproducción de las plantas y seres vivos.

CEREZO. En parte es el símbolo de la compensación por el trabajo.
 Representa el amor, sin el cual no habría fecundación, ni productividad ni progreso.
Su tradición en el cultivo, ha hecho, y hace; que Pueblica sea conocido en toda su comarca y región.

CAMPO-ARADO. Este es romano, (el más antiguo, que yo conocía). Ellos reflejan la laboriosidad y sacrificio de un pueblo, para su subsistencia.


En la carta que con fecha 12 de febrero de l.999, dirigía al Ayuntamiento de Pueblica y que en unión del Escudo  entregué a su Alcalde, entre otras cosas le decía:

“Mi empeño ha sido reflejar tradiciones y costumbres; y sobre todo la laboriosidad que ha distinguido a este pueblo castellano de los de su entorno, que siempre lo calificaron de muy trabajador.
Si con ello consigo mínimamente reflejar el sentir de la mayoría de sus vecinos, me doy por satisfecho.
Creo que en el pueblo no existe ningún emblema representativo del mismo, por lo que si os parece bien, podéis legalizarlo para que perdure en el tiempo, conste en los archivos, y sirva de estímulo, unión y concordia entre sus habitantes”.

Copia de la carta, en unión de una lámina del Escudo y algunos versos; la entregué  personalmente a algunos amigos del pueblo.

Finalmente quiero aprovechar la ocasión que me brinda este Foro, para agradecer al entonces Alcalde Bienvenido Crespo  Martín, y a la corporación municipal;  el hecho de haber reflejado el Escudo, en las placas de la nueva Plaza y  calles del pueblo.


Arturo Galende Palacios


VERSOS A PUEBLICA (4)


VERSOS A PUEBLICA, MI PUEBLO

 

Es Pueblica, mi pueblo,
el más hermosos del Valle;
Valverde, es su nombre,
donde él tiene su enclave.

Rodeado de altozanos,
de pequeña elevación;
siendo su cumbre mas alta,
el pico del “Altar Mayor”.

Dehesa de Pozos, al lado,
del “Duque de Sotomayor”;
Tarcibera y Penosillos,
y el estrecho del Cañón.

Abundan el roble,
la encina, el romero;
algún alcornoque,
jaras, tomillo y brezo.

Monte alto, bajo y viejo,
a la vez muy espeso;
que lo hacen apropiado,
para cría del conejo.

Del jabalí y el zorro,
muchas aves rapaces;
liebres y perdices,
y lobos muy voraces.

Atacan a los rebaños,
en épocas de nevadas;
acosados por el hambre,
vienen de otras montañas.

Su fauna es abundante,
deleite de cazadores;
también de los furtivos,
que utilizan trampas y hurones.

Sus pagos tienen un nombre
que quiero enumerar;
y pudiera ser posible.
alguno pueda olvidar.

La Matona, y el Grajo,
Rozada Vieja y Valle grande;
ayudan al “Altar Mayor·
ser el monte más grande.

Fontanones y el Raso,
Majada Verde, el Carrilón,
Fontaninas, lo Tesoros,
más atrás la Parición.

Carril blanco y las Breas,
Ratona y Pedreras,
Barrera Moros, Matones,
muy cerca ya Las Primeras.

Pradera Larga, Escobicas,
el Chano y la Calera;
Retuertas y Cerberones,
Escobales y Terroneras.

Los Cuadros y Coronas,
Santo Tirso y Pateras;
Rayas y Guadañas,
Navales y Cereras.

Los Barreros, Agua Mala,
Boca del Agabanzal;
Cascajo y los Manquines,
Tirocanto y Chapazal.

Majal de las Vacas, Solicos,
Rozadicas y Manzanales;
Valchiquero, Longueras,
Teso la horca y Harrañales.

Valmoro. Tijoveras,
los más alejados del pueblo;
Campanarias, pegandito
aquí termino el evento.

Fin

Arturo Galende Palacios.

VERSOS A PUEBLICA (3)


VERSOS A PUEBLICA, MI PUEBLO

Mi pueblo, Pueblica,
Valverde, su valle;
rico en frutas y hortalizas,
abundante en cereales.

Exquisito en cerezas,
viñedo y pastizales;
alimento de sus ganados,
codiciados por los tratantes.

Su vega amplia y buena,
sus habitantes, humildes son;
laboriosos en su esencia,
un pueblo trabajador.

Son alegres y piadosos,
tienen mucha devoción;
la Virgen su Patrona,
Reina y Madre  del Amor.

Su fiesta es en Mayo,
le ofrecen dádivas y flores;
cantado himnos y loas,
chicos, jóvenes y mayores.

La pasean por las calles,
con  orgullo y regocijo;
en procesión solemne,
ante el clamor de sus hijos.

Le ruegan muchos favores,
abundancia en las cosechas;
en el pueblo que haya Paz,
bienestar y no quimeras.

Desechar la envidia,
la ignorancia y el terror;
todos le imploran cantando,
que exista reconciliación.

Entre niños y niñas,
entre mujeres y hombres;
 entre adolescentes y adultos,
entre ricos y pobres.

Ante el mal, triunfe el bien,
ante el rencor, el amor;
ante la injusticia, la ley,
ante el demonio, Dios.


Fin

Arturo Galende Palacios

VERSOS A PUEBLICA (2)


VERSOS A PUEBLICA, MI PUEBLO.

Pueblica, mi pueblo
su provincia,  Zamora;
sus gentes son felices
encantan y enamoran.

Mi pueblo Pueblica,
Benavente, su partido;
sus valles son buenos,
para variado cultivo.

Sus labriegos son dichosos,
en el campo, en la ciudad;
ante todo procuran siempre,
cultivar la amistad.

En el pueblo, en el valle,
en la  comarca y partido;
en la ciudad y provincia,
a todo le dan sentido.

En el amor y la prudencia,
en la lealtad y bondad;
son muy perseverantes,
para no caer en el mal.

Estrictos con la justicia,
defensores de la ley;
afeando cualquier acción,
al que nunca hace el bien.

Son muy considerados,
procurando siempre ayudar;
a todo el que cumple bien,
nunca miente y dice verdad.

Pueblica eres pequeño,
pero grande a cual no hay más;
en dones y virtudes,
en pasión y caridad.

Sigue Pueblica, sigue,
por ese camino sin par;
y serás siempre feliz,
para progresar.

Fin

Arturo Galende Palacios

VERSOS A PUEBLICA


VERSOS A PUEBLICA, MI PUEBLO

Pueblica, mi pueblo,
Valverde, su valle;
a mi mente acuden
amor a raudales.

Cariño a mis mayores,
ellos forjaron mi ser;
gratitud a mis profesores,
que inculcaron mi saber.

En la virtud y amistad,
en la abnegación y orden;
en la paz y libertad,
que hace dichoso al hombre.

A ellos debo la vida,
el respeto hacia los demás;
a ellos les deseo el  bien,
con la mayor ansiedad.

A los amigos de infancia,
adolescencia y plenitud:
a los de Pueblica, a todos,
amistad y gratitud.

Pueblica, mi pueblo,
donde nací y crecí;
lugar que añoro y quiero,
y al que deseo servir.

En la distancia con honor,
en la añoranza con amor;
haciendo siempre el bien
como dicta el corazón.
Fin

Arturo Galende Palacios

viernes, 1 de marzo de 2013

SAN ANTONIO Y SU CANCION


SAN ANTONIO Y LOS PAJARITOS.

Recuerdo como en mi edad de adolescente, las jóvenes del pueblo cantaban la canción de los pajaritos, que narraba el milagro de san Antonio; ya que siendo un niño de 8 años, consiguió encerrar a todas las aves de la comarca en una habitación, para que no le comieran el sembrado de su padre.

Por proximidad y cercanía, oía a mis primas, Laureana García Galende, y María Palacios Galende; que con otras, como las hermanas Julia y Esmeralda Vara Martín, Maximina Crespo Galende, Dolinda Galende Crespo, Alfonsa Lozano, Isidra Crespo, Purificación Melgar Vara, y muchas otras jóvenes de aquella época, cantaban unas canciones preciosas y loas a nuestra madre del Amor Hermoso.

En recuerdo a las citadas, como a todas las del pueblo que me resultaría muy prolijo enumerar; también para que no se olvide en el tiempo la canción en sí, me permito escribirla a continuación:



PETICION AL SANTO

Divino Antonio precioso,
suplícale al Dios inmenso;
que por tu gracia divina,
alumbre mi entendimiento,
para que mi lengua
refiera el milagro,
que en el huerto obraste
a la edad de ocho años.




   Y  AHORA  YA LA CANCION



Desde niño fue nacido
con mucho temor de Dios
de sus padres estimado
y del mundo admiración.

Fue  caritativo,
y perseguidor,
del mal enemigo,
con mucho rigor.

Su padre era un caballero
cristiano, honrado y prudente,
que mantenía su casa,
con el sudor de su frente,

y tenía un huerto,
en donde cogía,
cosecha del fruto,
que el tiempo traía.

Por la mañana un domingo
como siempre acostumbraba,
se marchó su padre a misa
cosa que nunca olvidaba.


Y le dijo Antonio:
ven aquí, hijo amado
escucha, que tengo
que darte un recado.

Mientras yo estoy en misa
gran cuidado has de tener,
mira que los pajaritos
todo lo echan a perder.


Entran en el huerto,
pican el sembrado,
por eso te encargo
que tengas cuidado.

Cuando se ausentó su padre,
a la iglesia se marchó;
Antonio quedó al cuidado
y a los pájaros llamó:

Venid pajaritos
dejad el sembrado,
que mi padre ha dicho
que tenga cuidado.


Para que mejor yo pueda
cumplir con mi obligación,
voy a encerraros a todos
dentro de esta habitación.

A los pajaritos
entrar les mandaba,
y ellos humildes
en el cuarto entraban..

Por aquellas cercanías
ningún pájaro quedó,
porque todos acudieron
como Antonio les mandó.

Lleno de alegría
san Antonio estaba,
y los pajaritos
alegres cantaban.

Al venir su padre
luego les mandó callar;
llegó su padre a la puerta
y comenzó a preguntar:

Dime, hijo amado
que tal Antoñito,
¿has cuidado bien
de los pajaritos?.

El hijo le contestó
-Padre no tenga cuidado,
que para que no hagan mal
todos los tengo encerrados.

El padre que vio
milagro tan grande,
al señor Obispo
trató de avisarle.

Acudió el señor Obispo
con gran acompañamiento,
quedando todos confusos
al ver tan grande portento.

Abrieron las ventanas,
puertas a la par;
por ver si las aves
se querían marchar.




Antonio les dijo a todos:
Señores, nadie se agravie.
Los pájaros no se marchan
hasta que yo no los mande.

Se puso a la puerta
y les dijo así:
Vaya pajaritos
ya podéis salir.

Salga cigüeñas con orden
águilas, grullas y garzas,
gavilanes, avutardas,
lechuzas, mochuelos, grajas.

Salgan las urracas
tórtolas, perdices,
palomas, gorriones
y las codornices.

Salga el cuco y el milano,
burla-pastor  y andarríos:
canarios y ruiseñores
tordos, garrafón y mirlos.

Salgan verderones,
y las cardelinas,
y las cogujadas
y las golondrinas.

Al instante que salieron
todas juntitas se ponen,
escuchando a san Antonio
para ver lo que dispone.



Antonio les dijo:
No entréis en sembrados.
Marcharos por montes,
por riscos y prados.

Al tiempo de alzar el vuelo,
cantan con alegría;
despidiéndose de Antonio
y toda su compañía.

El señor Obispo
al ver tal milagro,
por diversas partes
mandó publicarlo.

Árbol de grandiosidades,
fuente de caridad,
depósito de bondades
padre de hermosa piedad.


Antonio divino
por tu intercesión,
todos merezcamos
la eterna mansión.

Hay muchas otras canciones preciosas, que se cantaban en aquellos años; que estaría muy bien recordarlas y escribirlas, para que perduraran en el tiempo.


-          Arturo Galende Palacios