miércoles, 27 de febrero de 2013

LA SUBIDA A LA IGLESIA


ESCALINATA DE SUBIDA A LA IGLESIA.


Me alegra mucho ver la actual entrada a la iglesia de Pueblica, con su escalinata de subida.
Hace años estaba de tierra, y se observaban los canalones que hacia el agua cuando llovía fuerte, y hacia imposible la subida.
Había que hacerlo dando la vuelta por los laterales, y aún se hacía con dificultad por todos aquellos que iban por el lado de la torre. Por uno de los laterales se subía con toda clase de vehículos, y ahora también mucho mejor al estar el piso de cemento. 
Por el lado de la torre, cada poco tiempo había que colocar las piedras que iban cayendo de los lizares que se hacían, para sostener la tierra. Por aquellos años, el cemento era muy costoso y apenas se conocía por los pueblos pequeños.
Ahora con su escalinata, sus dos árboles, ya creciditos;  y su plaza toda cementada, la hace mucho más vistosa y moderna. Muy bien.

El portal de entrada era mayor antes. Recuerdo los días de lluvia cuando al salir de la iglesia nos refugiábamos allí y  se hacían las tertulias entre unos y otros; las mozas a un  lado y los mozos al otro.
Siempre se advertían cruces de miradas, entre jóvenes que se podía  entrever, estaban enamorados. Que tiempos aquellos, en que no era permisivo que los enamorados,  pudieran  verse a menudo; sin dar lugar a comentarios tontos.

Ahora el portal queda mucho más pequeño. En la parte derecha, lo han recortado y han hecho la sacristía. La antigua estaba sobre el cementerio de al lado, y se cayó por falta de reparaciones.
También han desaparecido por igual motivo, el osario y la panera.
En el primero se recogían los huesos de los difuntos que se iban desenterrando para colocar a otros que fallecían. 
En el segundo se almacenaba  el trigo y cereales que  entregaban los feligreses  al señor cura como prestación por sus servicios y el que se recaudaba  en las procesiones y novenas.
Hay que resaltar que por aquellos años, la mayoría de los vecinos pagaban al sacerdote, herreros, peluqueros, etc. con especies, como prestación de sus servicios.

La plaza de la iglesia, junto a las escuelas, me trae muchísimos recuerdos.
La cantidad de juegos que se hacían, tanto niños como niñas y los encuentros del mes de Mayo en la escuela de niñas para cantar las flores a  María, nuestra Madre;  todos en unión de nuestros maestros, sería muy prolijo enumerar en este momento.


Arturo Galende Palacios

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