ORACION A LA VIRGEN DEL PUEBLO

ORACION A LA VIRGEN DEL  PUEBLO.

Nuestro camino de hoy nos lleva hasta el más austero templo de tus pueblos.

Oh virgen campesina, que en un pueblo naciste y viviste en un pueblo, como mujer de pueblo y en un pueblo de pobres.

Tus manos aldeanas se llenaron de arrugas, de sudor y trabajo.

Tu piel se fue volviendo morena bajo el sol.

Tus ojos conocieron el polvo del camino.

Supiste lo que era acarrear el agua y amasar con tus manos el pan de cada día.

No encendían tu horno los ángeles del cielo, sino aquellos sarmientos que llenaban tus manos de arañazos y heridas.

Supiste lo que era cargar haces de leña y llegar a la noche con el cuerpo agotado de fregar y lavar.

Tal vez por eso quieras a la gente de pueblo más que a nadie, Señora.

Y por eso  la gente de pueblo te comprende mejor que los demás.

Porque hiciste su vida, porque fuiste uno de ellos, no una hermosa princesa con manos de nácar.

Hoy pedimos por ellos, por los siempre olvidados, por los que nada cuentan a la hora  del brillo, por la gente de pueblo que decimos inculta, aunque saben amar mejor que nadie y, con ello, poseen la mejor sabiduría.

Pero ¿cómo pedirte por ellos, si sabemos que son tus predilectos, los tuyos, los que viven más cerca, más adentro de ese Tu Corazón?

Bendita seas, Virgen del Amor Hermoso, ejemplo de Amor en este pueblo, reina por siempre en nuestros corazones.

Que así sea.

F   I   N

                 Adaptación de,

Arturo Galende Palacios